La tensa relación PUCP-Cipriani/Vaticano/Iglesia ha servido a los medios para, más que tomar partido por uno de los actores, mostrar expresamente la posición que tienen frente a la autoridad de las instituciones o autoridades eclesiásticas.

Instituciones y autoridades en general. Porque, por ese lado, no hay un consenso de quién sería el responsable al cual defender o atacar (¿Cipriani, la Iglesia, el Vaticano, Benedicto?)

Los casos más resaltantes los han presentado, sin duda, Diario 16 por un lado y el bloque Correo, El Comercio y Peru 21, por el otro. El primero ha visto en el conflicto una oportunidad sin igual para crear un enemigo fijo por varios días. Los segundos, un poder al cual respaldar y hacer respetar.

Diario 16 la tuvo clara desde el primer titular en el cual literalmente choteo al Cipriani, al día siguiente al declarar la “Guerra Santa” y al tercer día denunciando un caso de violación dentro de la institución.

En esos mismos días, al otro lado, el bloque de los tres mencionados, tuvo mas bien que jugar con las diversas cartas de la misma baraja. Primero apoyaron la orden del Vaticano, al día siguiente las declaraciones de Cipriani y finalmente terminaron yéndose sobre la PUCP.

Los diarios durante esos días han sido más un ring o una trinchera desde la cual despotricar antes que diarios informativos. Es solo un ejemplo de lo que, no a diario, pero sí frecuentemente encuentra uno al querer informarse.